KALASKA – Etxarri Aranatz
La cooperativa Kalaska, un proyecto colectivo, nace con la ayuda de ANEL para dar respuesta a la necesidad de mejora y renovación del matadero de Etxarri Aranatz, una herramienta colectiva y necesaria para ganaderos y carniceros de la Sakana.
Hace ya 5 años “las personas ganaderas de Sakana pusieron de manifiesto la necesidad que había en el sector para tener unas herramientas colectivas para la transformación de la carne” y así es precisamente como surgió Kalaska, la cooperativa que se ha encargado de la renovación del matadero de Etxarri Aranatz.
Kalaska nace como un proyecto colaborativo, con un proceso participativo de carnicerías, ganaderos, ayuntamientos y otras entidades de la Sakana; como comentaba su responsable Nerea Viana “intentamos que fuera un proyecto colectivo”. La cooperativa fue creada hace apenas un año para dar respuesta a la necesidad de renovación que tenía el matadero de Etxarri-Aranaz, que en ese momento contaba con poca actividad.
El matadero, previamente gestionado por una cooperativa de carniceros de Sakana, atravesaba unos momentos difíciles, por lo que se decidió hacer un proyecto que diese respuesta a la necesidad de los ganaderos y a la necesidad de esa cooperativa de carniceros. Así, tras varias reuniones participativas se constituyó un primer grupo motor, formado por ganaderos, el ayuntamiento de Sakana, el ayuntamiento de Etxarri Aranatz y la Agencia de Desarrollo Sakana, que posteriormente evolucionaría hacia la cooperativa. Fue este grupo motor precisamente quien planteó el proyecto de renovación del matadero, que incluía una sala de despiece, un obrador cárnico y una zona para limpiar tripería y cayos, siendo el objetivo de este proyecto “mejorar la atractividad del matadero para que tuviese más clientes”. Este fue un proceso largo, que fue adquiriendo forma a través de los años, habiéndolo comenzado en 2018.
En 2020, ese grupo motor decidió conformar algo con una forma jurídica, para lo que se puso en contacto con ANEL. Tal como afirma Viana “desde ANEL nos ayudaron a determinar el modelo de negocio que íbamos a tener y nos ayudaron también a definir el tipo de forma jurídica” explicando las ventajas y desventajas de cada uno de los modelos, ofreciéndoles un gran asesoramiento. Además, junto a ANEL, desarrollaron un estudio de viabilidad, analizando proyectos parecidos en la zona, recopilando nuevas necesidades y aprendiendo de ellos para mejorar el modelo.
Finalmente, se decidieron por una cooperativa de servicios mixta y sin ánimo de lucro, algo que creían acertado por el tipo de proyecto que estaban desarrollando, “enmarcado en la Economía Social y respondiendo a unos objetivos de la mejora de territorio, que fuera participativo, que estuviera arraigado en el entorno y respondiera a un modelo de economía más local”. Además, tuvieron en cuenta que este era un servicio para ofrecer a la comarca, sin el objetivo de sacar beneficios.
Si bien al principio la cooperativa la integraron todos los presentes en el grupo motor, pronto se sumaron a ellos los carniceros, con los que mantenían una comunicación constante, atendiendo también a sus necesidades.
En 2021 comenzaron los trámites de constitución, celebrando a finales de ese año la asamblea constituyente, pero no ha sido hasta principios de este año, 2023, cuando Kalaska se ha inscrito en el registro de cooperativas, haciendo referencia con su nombre a un símbolo de la ganadería extensiva, de una ganadería familiar, en la que los animales están fuera, libres, pastando hierba fresca, mostrando su respeto hacia el medio ambiente y el animal; el cencerro “fale kalaska”.
A través de este proyecto y la renovación del matadero han logrado visibilizar la esencialidad de estas herramientas para la alimentación y la ganadería, se trata, en definitiva, una “inversión necesaria para la alimentación de todas las personas, local, sana, que genera economía local, que fortalece al sector ganadero y el pequeño comercio que opta por ella”.
Nerea Viana agradece el acompañamiento y la ayuda de ANEL durante todo este proceso. Gracias al trabajo de ANEL han podido constituir Kalaska de la mejor manera posible, recibiendo un gran apoyo con el seguimiento que se prolonga hasta hoy.
